Durante la dominación musulmana se edifica
una torre vigía, que se elevaba sobre la cima rocosa que domina
la hoz del río Dulce. En el 1143 el obispo Bernardo de Agen
reconquista la zona, pasando a manos cristianas. Posteriormente, a
finales del siglo XII comienza la construcción de la fortificación
del castillo: muros exteriores y primer recinto de la barbacana. En
este mismo siglo, durante el reinado de Alfonso VII, pasó a
manos del obispado de Sigüenza. A mediados del siglo XIV deja
de ser residencia de los obispos, pasando a manos de alcaides para
su custodia. Durante la guerra de Secesión (1710) es incendiado
y posteriormente abandonando. Un siglo mas tarde, durante la guerra
de la Independencia, se libró una batalla con las tropas de
El Empecinado (1811), y como consecuencia, el castillo fue desmantelado
definitivamente por las tropas francesas. En el año 1973
el estado subastó el castillo, pasando a manos privadas, sin
que desde entonces se hiciera trabajo alguno que evitara su deterioro.
En el año 2.000, sus nuevos propietarios, comienzan los estudios
y las excavaciones arqueológicas requeridas que permitirán
su próxima reconstrucción. |
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